El calor ambiental, los baños en la piscina y la excesiva sudoración hacen del verano la época ideal para que se multipliquen los casos de otitis, sobre todo en las personas más vulnerables: los niños.
Existen distintos tipos de otitis, pero la más frecuente en verano es la otitis externa u otitis del nadador
¿Qué es?
Se trata de una inflamación, irritación o infección de la parte externa del oído y del conducto auditivo externo, generalmente causada por pequeñas lesiones en la piel de dicho conducto
Las causas más comunes de una otitis externa son pequeñas lesiones de la piel del conducto auditivo que facilitan la penetración del agente causante de la infección.
Las otitis bacterianas son las más frecuentes, representando aproximadamente el 80% de los casos, mientras que las causadas por hongos constituyen aproximadamente en el 10- 20% de los casos
Factores que favorecen su aparición
El conducto auditivo externo es una estructura bien protegida y que se limpia a sí misma, pero varios factores, solos o combinados, predisponen a la aparición de la otitis externa. Entre otros podemos citar:
Clima cálido y húmedo
Humedad crónica en el conducto auditivo
Eliminación de la secreción ceruminosa de forma constante.
Enfermedades dermatológicas (dermatitis seborreicas y soriasis)
Traumatismos locales.
Baños frecuentes en piscinas.
¿Cuáles son sus síntomas?
El primer síntoma de una otitis externa es casi siempre un picor intenso seguido de la aparición de un dolor que irradia hacia la sien y la mandíbula, se intensifica al mínimo contacto y a veces produce insomnio.
El dolor de oído empeora al tragar o si se tira un poco de la oreja hacia detrás o el lóbulo hacia abajo. También se hace más intenso al masticar
En algunos casos puede aparecer fiebre y supuración
¿Cómo se trata?
Generalmente, la otitis externa tiene una evolución benigna. Sin embargo, es importante tratarla porque pueden presentarse complicaciones sobre todo en niños, personas mayores y pacientes inmunodeprimidos
Un tratamiento eficaz empezará siempre con la limpieza del conducto auditivo.
El médico puede prescribir gotas con antibióticos para eliminar la infección y corticoides para disminuir la inflamación
Para disminuir el dolor, se pueden tomar analgésicos como el ibuprofeno o el paracetamol. En los casos más graves pueden ser necesarios los antibióticos por vía oral.
¿Qué podemos hacer para prevenirlas?
Las otitis externas se pueden prevenir si se evita la limpieza extrema de los oídos con bastoncillos u otros instrumentos, o solo se hace cuando sea absolutamente necesario.
La cera del oído transporta las impurezas hacia afuera e impide que las bacterias u hongos se asienten en el conducto auditivo. Una limpieza constante del oído altera esta función y además puede producir pequeñas heridas en la piel del conducto auditivo que faciliten la entrada de microorganismos
Es también importante mantener seco el conducto auditivo. Por eso se recomienda secar bien la parte externa del oído y la entrada del conducto al salir del agua
Reducir el tiempo de inmersión, sobre todo en niños
Usar tapones o gorros de baño
Evitar los baños en aguas potencialmente contaminadas
Sagrario Pérez de Agreda Galiano
Farmacéutica Adjunta del Centro de Información del Medicamento
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ciudad Real