¿Cuándo ha sido la última vez que te has tomado un yogur? ¿Sabes bien qué es, qué contiene, qué beneficios puede aportarte?
Un yogur es el resultado de la fermentación que determinadas bacterias beneficiosas realizan sobre la leche. Estas bacterias utilizan la lactosa (azúcar de la leche) como fuente de energía y liberan ácido láctico en el proceso, lo que modifica el pH y hace que las proteínas precipiten y se obtenga la consistencia y el sabor característico del yogur. Gracias a esa transformación de la lactosa, muchas personas con intolerancia leve a la misma, pueden tomarlos.
Lo mismo ocurre en los procesos diarreicos donde suele haber una intolerancia transitoria a la lactosa; dicho de otro modo, en los procesos diarreicos sería recomendable la toma de yogur ya que se van a tolerar bien.
El yogur es fuente de proteínas ya que deriva de la leche. También contiene grasa, vitaminas y minerales destacando, sobre todo, el calcio por lo que es un alimento bastante completo.
Además, las bacterias que contienen son beneficiosas para estabilizar la flora intestinal e impedir el crecimiento de otras bacterias patógenas (el yogur es un alimento probiótico).
Como hemos visto son numerosos los beneficios que aporta el yogur (beneficios nutricionales, mejor digestibilidad que la leche al tener menos lactosa…). Pero no debemos consumirlos en exceso. El principal problema de los yogures es que suelen tener altas cantidades de azúcar añadido. De hecho, en la relación de ingredientes de muchos yogures, aparece el azúcar en segunda posición y ésto no es bueno para la salud ni para una dieta equilibrada. También podemos encontrarnos con yogures griegos que deben su cremosidad a la adición de nata, lo que hace que su consumo deba ser ocasional ya que contienen mucha grasa.
Unos yogures poco recomendables son los enfocados a bebés a partir de 6 meses. Si el bebé toma pecho no tiene sentido sustituir tomas por un derivado lácteo de peor calidad que la leche materna. Si son alimentados con biberón, pueden probarlos para variar pero tienen mucho azúcar, por lo que el consumo debería ser esporádico o, mejor aún, esperar a que el niño sea un poco mayor y optar por yogures naturales no edulcorados.
Y, hablando de los peques de la casa, debemos tener en cuenta que el postre habitual de las comidas no debe ser siempre un yogur de sabores. La mejor opción siempre va a ser fruta, y pueden tomar los yogures de vez en cuando.
También podemos encontrar yogures 0% o desnatados. Éstos tienen disminuido el contenido en grasa por lo que, en principio, van a aportar menos calorías y menos grasas saturadas. Pero hay que tener cuidado porque a veces tienen contenidos en azúcar muy elevados.
Resumiendo, podemos decir que el yogur es un alimento en esencia saludable que podemos tomar varias veces en semana. Pero que debemos tener cuidado al hacer la compra y optar por los naturales (no edulcorados, sin azúcares añadidos). Si no aparece ningún tipo de azúcar entre los ingredientes y tiene hasta 5gramos de azúcar en su composición, podemos decir que éstos son azúcares naturalmente presentes y aceptarlo como yo
gur natural.
Una opción muy saludable y recomendable es el yogur natural, endulzado al momento de consumir con fruta fresca madura y/o frutos secos. Ya que, como dice la OMS, cuanto menos azúcar tomemos, mayor será el beneficio para nuestra salud.
Mª Luz Villalón Casero
Farmacéutica Titular.
Daimiel