ALCOHOL Y CONDUCCIÓN, MALA COMBINACIÓN

El alcohol es un claro factor de riesgo en la conducción, relacionado con un elevado número de accidentes de tráfico en carretera y en ciudad. Se calcula que de cada 100 accidentes mortales, el alcohol está implicado de una forma u otra entre 30 y 50 de ellos.

A pesar de que todos sabemos que conducir bajo los efectos del alcohol es una práctica peligrosa, son muchas las personas que lo siguen haciendo. Por eso, para lograr mayor seguridad en las vías públicas, es fundamental conocer todos los aspectos del consumo de bebidas alcohólicas y su relación con la conducción de vehículos.

¿De qué estamos hablando?

El alcohol etílico, es un depresor del sistema nervioso central, efecto que se manifiesta después de una primera fase de excitación.

Una vez ingerido, el alcohol  se absorbe el estómago y sobre todo en el intestino delgado. La presencia de alimentos en el tracto digestivo ralentizará la velocidad de absorción, alcanzándose el nivel máximo en sangre generalmente entre los 30 y 90 minutos  después de haberse realizado la ingesta.

Entre el 90 – 98 % del alcohol es metabolizado en el hígado mientras que entre un 2 – 10 % se elimina sin metabolizar por la orina, aire expirado y sudor. La capacidad del hígado de metabolizar el alcohol es limitada independientemente de la cantidad que haya en sangre, siendo menor esa capacidad en las mujeres que en los hombres.

El alcohol tiene un efecto tóxico directo sobre ciertos órganos como el hígado, corazón y sistema nervioso, relacionándose su consumo con enfermedades como hepatitis, gastritis, hipertensión, cardiomiopatías  y distintos tipos de cánceres.

¿Cómo influye el alcohol en la conducción?

La depresión de los centros nerviosos superiores hace que disminuyan o desaparezcan los mecanismos de inhibición de control de nuestra conducta.

Esto puede manifestarse en alteraciones del comportamiento como: euforia, excitación, irritabilidad o agresividad. Aparece también un sentimiento de subestimación del riesgo e invulnerabilidad.

El alcohol en el organismo provoca también una serie de efectos físicos incompatibles con la conducción: disminuye el campo visual, retrasa el tiempo de reacción, nos hace más sensible a los deslumbramientos y produce cansancio y somnolencia.

¿Qué es la tasa de alcoholemia?

La alcoholemia representa el volumen de alcohol que hay en la sangre y se mide en gramos de alcohol por cada litro de sangre (g/l) o su equivalente en aire expirado.

De acuerdo con la legislación actual, las tasas de alcoholemia permitidas para los conductores en España son las siguientes:

TIPO DE CONDUCTOR EN SANGRE EN AIRE ESPIRADO
Conductores en general 0.5 gr/l 0.25 mg/l
Noveles y profesionales 0.3 gr/l 0.15 mg/l

Sin embargo, la tendencia a nivel internacional es ir rebajando las tasas máximas permitidas, con la finalidad de alcanzar al menos el límite de 0,1 – 0,2 g/l para conductores en general y a 0,0 g/l para los profesionales.

¿De qué depende la tasa de alcoholemia?

Aunque dos personas beban la misma cantidad de alcohol es muy poco probable que alcancen la misma tasa de alcoholemia o que lo hagan en el mismo momento.

La tasa de alcoholemia va a depender de lo que bebamos, como lo bebamos y quien lo beba.

La cerveza y el vino se absorben más lentamente que las bebidas destiladas como el ron o la ginebra. Además, si mezclamos el alcohol con bebidas gaseosas aumentara su absorción.

Si bebemos deprisa y con el estómago vacío, se absorberá más alcohol que si bebemos después de haber comido bien.

Las mujeres alcanzan mayores tasas de alcohol que los hombres bebiendo lo mismo. Esto se debe a que  las mujeres  tienen mayor proporción de grasa corporal que los hombres y menor cantidad de los enzimas que metabolizan el alcohol.

Por último, cuanto mayor sea la masa corporal, menor será la concentración de alcohol en sangre. Por tanto, una persona delgada tenderá a tener una mayor tasa de alcoholemia que otra que no lo es, habiendo bebido lo mismo.

¿Con cuantas bebidas nos pasamos de la tasa de alcohol permitida?

Como acabamos de ver, no se puede predecir la tasa de alcoholemia exclusivamente a partir del grado alcohólico de la bebida que consumimos. A título orientativo, la tasa de alcoholemia aproximada de las bebidas más consumidas son las siguientes:

Se puede eliminar antes el alcohol tomando café, haciendo ejercicio o vomitando¿Es verdad que…?

El alcohol tiene una velocidad de eliminación constante. Ni la ingestión de café, ni las duchas frías ni pasear aceleran su eliminación. Se necesitan unas dos horas para eliminar una unidad de alcohol.

No hay peligro si estoy por debajo del límite legal

Es totalmente falso. Antes de los 0,5 g/l de alcohol en sangre ya se pueden observar alteraciones en la capacidad para conducir.

El alcohol ingerido en la comida no se absorbe

Esto también es falso.  Beber alcohol con el estómago lleno puede retrasar la absorción del alcohol y hacer que se produzca de forma más gradual. Sin embargo, el alcohol ingerido siempre terminará por pasar a la sangre.

EN CONCLUSIÓN: ALCOHOLEMIA 0,0 ES LA MEJOR DECISIÓN PARA UNA 

BUENA CONDUCCIÓN

 

Sagrario Pérez de Agreda Galiano

Farmacéutica. Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ciudad  Real